09 diciembre 2006

Diferencia entre un matemático y un biólogo

Del libro Matemática, ¿estás ahí? de Adrián Paenza

Este ejemplo sirve para ilustrar algunas diferencias entre personas que eligieron estudiar en la misma facultad, pero que tienen intereses distintos.

Una persona tiene delante de sí a dos científicos: un matemático y un biólogo. El objetivo es plantearles a ambos un problema y ver qué tipo de respuesta daría cada uno. Les muestra entonces los elementos que tiene encima de una mesa:
a) un calentador con queroseno en el tanque
b) una tetera con agua
c) fósforos
d) una taza
e) un saquito de té
f) una cucharita

El primer problema, consiste en hacer un té.

El biólogo dice:
—Primero, pongo la tetera con agua sobre el calentador. Enciendo un fósforo y con él, el calentador. Espero que hierva el agua. Pongo el saquito de té dentro de la taza. Vierto el agua dentro de la taza y revuelvo con la cucharita para que el saquito de té tiña el agua.

El matemático dice (y no hay error en la impresión):
—Primero, pongo la tetera con agua sobre el calentador. Enciendo un fósforo y con él, el calentador. Espero que hierva el agua. Pongo el saquito de té dentro de la taza. Vierto el agua dentro de la taza y revuelvo con la cucharita para que el saquito de té tiña el agua.

—Bien, responde el examinador—. Ahora, les planteo otro problema: supongamos que les doy el agua hervida y les pido que hagan un té. ¿Qué haría cada uno?

El biólogo contesta: —Bueno, en ese caso, pongo el saquito de té dentro de la taza. Vierto el agua ya hervida dentro de la taza y revuelvo con la cucharita para que el saquito de té tiña el agua.

El matemático dice, entonces: —Yo no. Yo espero que el agua se enfríe y paso al caso anterior.

Muchos de vosotros coincidiréis con el biólogo (y bien que hacéis). Pero al mismo tiempo, os invito a reflexionar que el matemático tiene su razón: una vez que resolvió el caso más complicado, el primero que le plantearon, sabe que cualquier otra cosa que le propongan dentro del contexto la tiene resuelta. Y apela a ello. ¿No es interesante la vida así también?

6 comentarios:

Adama dijo...

Sólo a ti se te ocurriría defender la postura del matemático en esta historia. Por qué sera... ;-)

Anónimo dijo...

Una anécdota interesante, que refleja (de forma caricaturesca, pero con trasfondo real) 2 posturas opuestas pero complementarias.
- El matemático tiene menos riesgo de equivocarse. No arriesga. Si sabe que un proceso funciona, intentará adaptar las nuevas circunstancias para aplicar el proceso que sabe que carece de fallos. Se evita sorpresas.
- El biólogo está acostumbrado a particularizar y adaptar sus conocimientos previos a cada caso concreto. De esta forma, es más fácil que optimice su trabajo porque sabrá sacar provecho de las situaciones nuevas. Pero también se somete a más riesgo de equivocarse, porque da por supuesto cosas que no están demostradas. Es más especulativo, más riesgo.

Quizá lo sutil de la anécdota es que, siguiendo un criterio científico estricto, el que menos arriesga es el matemático.
Aunque, por otra parte, el biólogo es el que degustará antes la segunda taza de té :)

Hum, se podrían hacer chistes con esta temática, de tipo: "va un matemático y un biólogo ...."

Adama dijo...

emmm... ummm... siii lo que yo decía oc :P

Y de hecho no es del todo cierto, porque el matemático si tiene un resultado calculado no lo vuelve a calcular para estar seguro que está bien hecho.

mmmmm dijo...

Tú, Adama, sacrílego, ni oses contrariar al excelso Ocularis o tendrás que enfrentarte a mi terrible furia. Además de eso, Ocularis tiene razón. xDDD

Adama dijo...

uyyy ya estoy temblando... mira mira como tiemblo xD

Anónimo dijo...

Un pasito patrás, cuatro palante.